Aunque hubo una comunidad judía en Cuenca, por lo menos desde
el siglo IV, muy pocos vestigios quedan de su judería, fuera de las ruinas de
su sinagoga, ubicada en el barrio del Alcázar, en lo que hoy es la Plaza de la
Mangana. Allí, separado por una muralla, se encontraba el barrio judío, que ya
para los siglos X y XI ocupaba la zona de la Zapatería vieja (Mosén Diego de
Valera), Concejo Viejo, Pellejería y plaza del Carmen. Las fotos reflejan dicho
barrio con sus calles y edificios actuales, con posibles huellas de la otrora
judería. A finales del siglo XII, el Fuero de Cuenca había decretado una
convivencia pacífica entre cristianos, musulmanes y judíos, por lo que éstos participaron
activamente en el desarrollo social y económico de la ciudad. Con las graves
persecuciones en 1391, la comunidad judía conquense quedó muy diezmada y su
sinagoga incendiada.